2/3/11

Cantar bajo la...ducha.

Sí, cantar en la ducha. ¿Nadie se ha preguntado por qué cantamos en la ducha? No sé, podríamos cantar al peinarnos, o al hacer la cama...Pero, ¿por qué la ducha?
Probablemente sea la pregunta más tonta que alguien se haya hecho, pero me parece curioso.
Creo que simplemente es porque estamos aislados. Sí, estamos en nuestro mundo, al margen de la realidad. Solo escuchamos el ruido del agua al caer, sentimos lo caliente o lo fría que está...pero de la ducha hacia fuera no nos enteramos de nada.
Será que eso nos hace ser nosotros mismos, sin tener que aparentar delante de nada ni nadie. Nos sentimos a gusto y hacemos lo que nos apetece. Sí, cantas mal, ¿y qué?, al fin y al cabo nadie te oye, solamente tú.
O eso es lo que creemos. Somos como los niños, que se tapan los ojos y piensan que no les ve nadie. Nosotros pensamos que al no escuchar nada el resto tampoco te escucha. Qué ingenuos somos, pero que bonito ser así. Es volver a la niñez por un momento.
Sí, es exactamente eso. Vuelves a ser un niño: estás en tu propio mundo, no te avergüenzas de nada, haces lo que realmente sientes, se te olvidan las preocupaciones...en definitiva: eres feliz.
Lo incomprensible es, ¿por qué solo durante unos minutos? ¿Por qué nos da vergüenza cantar fuera de la ducha, cuando en realidad has oído a tu vecino desafinar bajo el agua tanto como tú? ¿Por qué no nos atrevemos?
¿Por qué nos da miedo sentir y ser felices?

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