15/10/11

Rutina.

Decenas. Cientos. Miles. Nos cruzamos con miles de personas cada día. En todas partes: mientras andamos por la calle, en el tren, en el trabajo... Multitud de caras desconocidas que pasan a nuestro lado, que nos empujan, que nos rozan, que se disculpan. Multitud de personas que entran en nuestras vidas tan rápido como se van. Son como sombras que nos rodean, bultos que ocupan un asiento más en el metro o el autobús. Nada más.
Seguimos con nuestra vida, con nuestras prisas, siguiendo el mismo camino un día si y otro también. Ya ni miramos a nuestro alrededor. ¿Para qué? Ya sabemos cuando parar, donde cruzar, donde girar. Ya todo es automático. Ya lo hisciste ayer, y la semana pasada. Y volverás a hacerlo mañana. Y dentro de un mes seguirás pasando por las mismas calles, que te miraran en tu ajetreado caminar...sin embargo hace tiempo que tú ya no las miras a ellas.
Tú y tus pensamientos. El mundo exterior es algo aparte.
Sin embargo, cambiemos la perspectiva. ¿Cómo nos ven los demás? Seguramente seamos un bulto más, solo eso. Pero nosotros sabemos que somos mucho más que eso. Entonces...¿ellos también esconderán algo más?
Quién sabe qué. Cada uno con su vida, dejando flotar sus pensamientos mientras pasa el viaje hacia su destino.
Mira aquella pareja en el andén, apurando hasta el ultimo momento para subir al tren...y decirse adiós. Y esa joven...tiene un brillo especial en los ojos. Solo ella sabe el porqué de esa felicidad, el resto de la gente ni siquiera se ha dado cuenta de su sonrisa. ¿Y aquel hombre? Quien sabe...Que de vidas distintas, ajenas, desconocidas, que coinciden por un momento.
Sin embargo, cada uno va inverso en su propia rutina y no se para a reflexionar sobre la de los demás. ¿Y yo? ¿Por qué lo hago ahora? Lo cierto es que no lo sé. Quizás crea que así hago más ameno el día, o que  de este modo será distinto al de ayer. Menuda tontería.
De repente una mirada. Unos ojos azules se encuentran con los mios. No. No son azules, creo que son verdes. Si, estoy segura. Bueno, en realidad quien sabe, igual son solo imaginaciones mías. Quizás esa mirada inquieta y curiosa como la mía solo sea producto de mi imaginación. Pero me da igual...dejo que mi imaginación siga volando.
Imagino que nos volvemos a mirar. Y sonreimos por habernos descubierto mutuamente. Y entonces bajas del tren, y mis ojos te siguen a través de los cristales.
Y al día siguiente, al subir al vagón, me buscarás con la mirada, y fingirás no ver ningún otro sitio libre para sentarte frente a mi. Y más miradas.
Y cada día harás algo nuevo. El viaje ya no sera una obligación, sino el momento más esperado del día.
Quizás me esté volviendo loca, o que deje volar mi imaginación demasiado, pero siento que al menos mi rutina ha dejado de ser precisamente eso, rutina. Mis pensamientos no solo se han parado en mi, sino en otras vidas, las vidas de todos esos "bultos" que me rodean. Vidas que, seguramente, no tengan nada que ver con lo que han sido en mi mente.

12/10/11

Aislada...por un instante.

Las sábanas. Las suaves y cálidas sábanas que enredan y rodean tu cuerpo, que te arropan y te abrazan, que, en definitiva, te aislan del mundo. No sé por qué pero siento que podría quedarme así para siempre, sin pensar en nada más, solo en el tacto de las sábanas. Sin pensar en el frío que pueda sentir si me atrevo siquiera a asomar un dedo fuera de la cama.
Será que necesitamos aislarnos de vez en cuando para olvidarnos de las preocupaciones. Para no estar en constante alerta. Para sentirnos protegidos.
No. Ahora no quiero salir de este pequeño mundo que solo me pertenece a mí. Quiero dejar de pensar por un momento, abrazarme a mi almohada e imaginar que cuando vuelva al mundo real, todo sea diferente. Ni mejor ni peor, solo diferente. Pero de momento no...en este instante solamente tengo fuerzas para dejarme llevar. Mundo, te espero en otro momento...quizás.